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Con un nuevo show de nivel internacional mostró una búsqueda artística clara: contundencia escénica, identidad sonora, una ejecución impecable y colaboraciones que cruzaron generaciones.

Siempre acompañada de sus fans que no solo agotaron dos Estadios Vélez Sarsfield, sino que fueron parte activa del espectáculo desde el primer segundo.

Desde el lanzamiento de su último álbum de estudio “NO VAYAS A ATENDER CUANDO EL DEMONIO LLAMA”, la expectativa por escuchar a LALI cantarlas en vivo creció a niveles incontrolables y el público cumplió.

Cada estribillo, cada mezcla explosiva de rock y pop, se vivió con intensidad junto a LALI, su banda y un cuerpo de bailarines de primer nivel. La experiencia se potenció con la participación especial de artistas como Dillom, Taichu, Miranda! y Joaquín Levinton, cuyas apariciones fueron ovacionadas y aportaron emoción y sorpresa a un espectáculo inolvidable.

LALI presentará su nuevo álbum durante una gira que desde junio recorrerá diferentes ciudades de Argentina, Uruguay y España, que ya se posicionó en el Top 5 Global de los más escuchados en Spotify.

La dimensión del fenómeno se hizo tangible cuando las luces del estadio Vélez se encendieron para dos funciones completamente agotadas, con más de 90.000 personas presentes. LALI entregó un show de escala internacional que combinó potencia vocal, fuerza escénica y un despliegue visual imponente, marcando un nuevo estándar para el pop argentino.

Con 31 artistas en escena —entre ellos una gran banda, 16 bailarines, 16 drags, músicos, coristas, vientos y figuras sorpresa—, el espectáculo se convirtió en una experiencia inmersiva y emocionante. La dirección general estuvo a cargo de Lautaro Espósito, mientras que la dirección musical fue liderada por Juan Giménez Kuj (+ bajista), acompañado por Chipi Rud (guitarrista), Lu Torfano (guitarrista), Tomi Luján (baterista), Fran Azorai (tecladista) y Carolina Cohen (percusión). La puesta en escena, diseñada por Sergio Lacroix, transformó el estadio en un mundo propio, con pantallas gigantes, efectos de última generación y un diseño escénico impactante.

Desde el inicio con “LOKURA”, “SEXY” y “2 Son 3”, LALI sostuvo una energía demoledora, dominando el escenario con una entrega física total y una presencia magnética que no cedió en ningún momento. El repertorio combinó lo crudo y desafiante de su último disco con sus ya clásicos: en “BOOMERANG”, sorprendió con una nueva reversión y prometió: “La voy a reversionar hasta el final de los tiempos”. En “EGO”, invitó al público a cantar el estribillo a capella, generando un momento vibrante y emotivo. Y en “INCONDICIONAL”, visiblemente emocionada, compartió una conexión profunda con sus fans, iluminados por miles de luces en el estadio.

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