Reseña de “El Jefe del Jefe” en el Paseo La Plaza

De Lars von Trier y dirección de Javier Daulte, basada en la película “The Boss of It All”. Es muy extraño relacionar a Von Trier con la comedia ya que el director de cine, guionista, productor de cine es provocador, oscuro, complejo.

Es la historia de un empresario, Gabriel (Federico D’Elía) que nunca se quiso visualizar como el jefe dentro de su compañía y simula ser un empleado más. Pero llega un momento en que quiere vender la empresa a unos chinos y decide contratar a un actor, Cristian (Diego Peretti), que se hace pasar por él, para hacer un “pequeño trámite”. Las cosas se complican y este actor extiende su contrato, pero ya interactuando con los empleados y con los chinos, y es ahí, donde empiezan a surgir un sinfín de malentendidos.

Cristian se siente como un actor de carácter y de mucho talento, pero visto en acción está un poco sobrevalorado. El superior que lo contrata, es aquel que dice, por ejemplo. “Acá somos con una familia, y tiramos todo para el mismo barco, refiriéndose a sus empleados”, pero que después toma decisiones, que no terminan bien para ninguno de ellos.

Lo acompaña un grupo de cuatro actores y actrices excepcionales, que encarnan a los empleados de la empresa de tecnología, y dos de ellos se desdoblan en los personajes del chino y su traductor, que sobresalen absolutamente.

El jefe del jefe no es una comedia lisa y llana, sino que tiene sus complejidades y es también muy disparatada. Muy original, diferente a las de livings, de puertas que se abren y de chiste fácil. Esta obra empieza a mostrar un montón de situaciones vinculares entre los empleados y este superior que no quiere mostrarse tal cuál es.

El público los recibe con mucha aceptación a esta dupla de “simuladores” que hace mucho tiempo no se los ve juntos. Es interesante su vuelta, y en esta expectativa, la superan con creces.

El concepto de la obra, es en realidad, la ilusión en la que uno vive a diario, pensando que los personajes con los que uno convive no son quienes dicen ser, y los empleados, cuyas tareas que muchas veces, no están del todo definidas.

El Jefe del Jefe tiene un humor mordaz y absurdo. Es la realidad, que muchas veces los líderes son manipuladores. Quieren sacar lo mejor de sus trabajadores, pero casi siempre, quieren algo más.

Por eso cuando lleguen a sus trabajos, piensen si sus jefes son lo que realmente aparentar ser.