Reseña de la segunda temporada de “No estaba preparada”

“No estaba preparada” cuenta la historia de una mujer y de momentos claves que marcaron su vida, con preguntas y cuestionamientos que se ha hecho y que vuelven a tomar otra relevancia en el presente.

Comienza contando episodios que la marcaron fuertemente, con un discurso prefabricado para hacerlo, y en ese alegato ya anclado hay algo que se mueve dentro suyo y lo empieza a cuestionar. A partir de ahí, las respuestas que ya tenía, se diluyen y aparecen otras, que dan lugar a otras respuestas a las que “no estaba preparada”. Y ahí, el personaje empieza a contar sus vivencias a través de la música, de la danza y del humor.

Este unipersonal es muy carnal y visceral. Silvina Sznajder, su protagonista, cuenta con un sinfín de herramientas que le dan a la puesta un dinamismo muy particular, que nunca decae. Su energía es arrasadora y conmovedora; aunque también transita la emoción y el humor constantemente.

El guión fue creado por Snajder y Fabiana Maler, su directora, a partir de la vida de su protagonista, sobre las mujeres que habitaron su mundo. Es un relato contado a partir del cuerpo, con un lenguaje muy especial.

Ella siente que nunca está preparada. Cómo hacerlo para vivir donde no hay un manual de instrucciones y cómo a medida que pasan las situaciones las vas sorteando, intentando estar en el momento presente, danzando con la vida.

Si vas a verla, vas a pasar un muy buen momento. Una pausa para sanar ese árbol genealógico, para honrar a nuestros ancestros, rescatar sus valores, y darle una vuelta de página a la vida.