La compañía argentina TQ Experience presenta un innovador examen de neurometría que promete transformar la comprensión de las capacidades cognitivas y emocionales de las personas a través del uso de tecnología: mide cómo el cerebro de cada individuo aborda diferentes tipos de problemas, revelando áreas de talento innatas y optimizando el desarrollo personal y profesional.
Se trata de un estudio neurofisiológico que combina neurociencia, psicología y tecnología avanzada. A partir del uso de una vincha colocada en la cabeza del usuario, los sensores detectan la actividad de las ondas cerebrales que se emiten ante distintas preguntas que se presentan. De esta manera, con la ayuda de la Ciencia de Datos, es posible identificar las áreas donde el cerebro gasta más o menos energía al resolver problemas, lo que permite una comprensión más profunda de los talentos y preferencias individuales.
“Este no es un examen de coeficiente intelectual; es un coeficiente de talentos (TQ) que proporciona información invaluable sobre las habilidades naturales de cada persona”, afirma Pablo Mazzitelli, fundador de TQ. Y agrega: “Podemos ayudar a las personas a encontrar sus caminos en la educación, el trabajo y la vida en general maximizando su potencial”.
El test de TQ tiene múltiples aplicaciones, desde orientar a estudiantes en la elección de carreras adecuadas, hasta detectar niveles de liderazgo en los usuarios o ayudar a empresas y equipos deportivos a seleccionar a las personas indicadas para distintos roles. Además, se pueden utilizar los resultados para elegir actividades en la primera infancia o para adaptar métodos de enseñanza, mejorando el aprendizaje y la memorización en los estudiantes. Esto genera ahorro de tiempo y dinero, y evita mayores frustraciones cuando, muchas veces, lo elegido por instinto no resulta en un beneficio.
El examen, que tiene su génesis en Rusia de la mano de la firma Verbatoria -a partir de la historia de un padre que buscaba una solución para comprender el talento de su hijo diagnosticado con trastorno del espectro autista-, ha sido desarrollado en el Reino Unido y Suiza en colaboración con expertos internacionales. Su tecnología de sensores fue creada en Silicon Valley por la reconocida empresa NeuroSky. Los datos obtenidos son estrictamente confidenciales y se envían directamente al usuario, lo que promueve la transparencia en todo el proceso.
¿Cómo funciona?
El examen dura aproximadamente 40 minutos y es accesible para personas desde los 4 años en adelante. A través de una serie de preguntas estandarizadas según el grupo de edad -de 4 a 7, de 8 a 11, de 11 a 17, y de 18 en adelante-, el sistema analiza las ondas cerebrales y produce un informe detallado sobre las capacidades cognitivas y emocionales del individuo, lo que facilita luego la toma de decisiones. A la vez que cuantifica el nivel de mindfulness, este test no requiere de respuestas correctas o verbalizadas, dado que sencillamente mide las reacciones del cerebro frente a diferentes estímulos.
“Por citar sólo un ejemplo, normalmente los padres llevan a sus hijos a hacer actividades que les gustan a ellos, o para las que creen que el niño es bueno… El 85% le erra en esa creencia. Mediante esta tecnología se detecta qué le es más fácil al cerebro y lo que le genera mayor disfrute, de manera que abre el panorama y achica el margen de error a la hora de elegir”, detalla Mazzitelli. Y explica que no solo es una excelente herramienta para escuelas y universidades, pensando en el potencial de los alumnos que cada año se inscriben, sino que, además, sus resultados pueden arrojar sugerencias de profesiones modernas y del futuro de cara al contexto de desarrollo tecnológico que se vive desde hace años, y las nuevas necesidades que surgen.
Al momento de realizarlo, el test es presenciado por un neurometrista a cargo de medir la actividad neuronal. “Estas personas son preparadas por un máster de Verbatoria en el que enseñan todo el proceso y por qué es importante medir cada una de las áreas. Entregan una plantilla con consignas que tienen marcadas las partes específicas en las que se debe registrar la actividad. La tarea principal del neurometrista es grabar la actividad neuronal para que el reporte dé los resultados correctos de las personas”, explica Milagros Ponti, cofundadora de TQE y primera neurometrista capacitada especialmente junto a Camila Mazzitelli.
Visión a futuro
Si bien el sistema es utilizado en Europa y Asia por coaches y psicólogos que lo aplican a sus pacientes, Pablo Mazzitelli y Milagros Ponti aclaran que al conocer sobre el test y adquirir la máster franquicia para Argentina, Latinoamérica y Miami, lo hicieron con otra visión del negocio. “Creemos que puede aplicarse en una forma más amplia. Tanto en niños pequeños en los que puede resultar importante para elegir la escolaridad correcta o las actividades extra curriculares, como para personas más grandes en las que el test pueda servir como orientación profesional, entre muchísimas otras aplicaciones. En el caso de las empresas, un test de este tipo es útil para la toma de personal, analizando si el perfil coincide con el ADN empresarial o con lo que se está buscando”, enumera Mazzitelli.
Con planes de expansión, esta empresa comandada por dos jóvenes argentinos, aspira a abrir oficinas en las principales ciudades de Latinoamérica y Miami. “Nuestro objetivo es promover el acceso a la neurometría brindando herramientas que permitan a las personas y organizaciones optimizar su desarrollo y potencial”, concluye Milagros Ponti.
Más información en www.tqe.com.ar