Reseña de “Matar a mamá” y el poder de las redes sociales

La historia comienza cuando Dolores (Inés Estévez) y María (Florencia Raggi) descubren que su madre (María Rosa Fugazot) se convierte en una famosa standapera en Youtube con miles de seguidores; con el agregado que los videos son grabados por su nieto (el hijo de Dolores) y que sus monólogos consisten en criticar y contar las intimidades de ellas.

Estas hermanas ya pasaron los 50. María, soltera, con muchas indefiniciones en su vida; y por otro lado está Dolores, casada, con un hijo, muy rígida y con un matrimonio en decadencia. Su pequeño adolescente casi no le habla y además tiene una excelente relación con su abuela, y se encarga de grabar y de editar los videos que la hicieron famosa.

Estas mujeres se encuentran con una madre de ochenta años que durante todas sus vidas se comportó de una manera, y descubren en cada video que sube, a una mujer totalmente desconocida, y comienzan a reflexionar por qué esta mamá tiene esa mirada tan tremenda sobre ellas.

Es una comedia dramática, con un humor un tanto especial y que invita a la reflexión, sobré qué se habla y qué no dentro del entorno familiar.

Las redes sociales son el detonante del conflicto entre estas dos hijas y su mamá ¿Qué pasa con las redes en la actualidad? ¿Cómo se vive que todo el mundo opine de nuestras vidas?

¿Qué importancia tiene de qué nos vean y de cómo nos ven, de la invisibilidad y de qué sucede si decidimos no estar?

Todo ésta falsa apariencia les ayuda de alguna manera a estas hermanas, para hablar de aquello que estaba en las sombras, y que no se atrevían a poner de manifiesto. Y un vuelco en la historia hace que lo que las motivó a acercarse se corra de eje, y que cambie en su totalidad.

Vínculos materno-filiales controvertidos que mueven los cimientos en los que estuvieron apoyadas cada una de estas hermanas y cuando su madre las expone, las empuja de alguna manera, a replantearse la relación entre ellas y por qué no también, consigo mismas.

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