En las relaciones personales, en ocasiones, se genera mucho sufrimiento.
Si en el camino espiritual pensamos que otros tienen problemas, y yo no necesito, también se genera dificultad.
Hay personas que están atentos al problema del otro, y que no están dispuestos a mirar hacia dentro, para saber qué es lo que requiere atención. Porque fortalecen la personalidad de “la fuerte”. Y existe mucho peligro en esta conducta.
Bodichita
El amor bondadoso en el camino budista es una persona “Bodichita”. La determinación de perfeccionarse para querer que todos se iluminen. Alguien que tiene bodichita observa que tiene que trabajar en sí mismo, para poder vivir con un corazón abierto. Para poder cuidarse en el buen sentido y no consentirse, sino que el cuidado implica generar dentro nuestro, capacidades, fortalezas, que son además, sustentables para los demás.
Cuando sentimos que es el otro el que está mal y yo necesito hacer algo, es otro el que necesita y yo ni cuento. Y en este planteamiento nos podemos enganchar, acá voy a ser muy generosa, muy altruista, y es una relación de codependencia.
Este tipo de persona se hace cargo de sus hermanos, de su esposo, de sus tíos y su identidad es la de cuidar de los otros. Parecería ser muy hermoso el hecho de querer cuidar, pero no en un planteamiento donde vos no tenés necesidades; donde no terminás de atender cosas tuyas, y dejás de identificar quién realmente sos. Se entra en carriles donde tenemos que ser los fuertes y el otro pasa a ser el “débil o el “Incapaz”.
Y terminás teniendo por ejemplo, hijos de 40 años que siguen dependiendo de la aprobación de sus padres, porque han internalizado el mensaje que dice: “Te va a ir mal, yo te ayudo”; y le quitás la confianza. Y entonces, lo que aparentemente ser generoso y bondadoso, termina haciendo mucho daño, tanto a la persona débil como a la fuerte, ya que ésta última tampoco tiene la capacidad de recibir, sólo puede “dar”.
En éste intercambio de este tipo de codependencia, la persona que está dando aparenta ser muy altruista, y lo que recibe es el mensaje de ser “la fuerte”, la que “cuida”, que es tan buena madre y recibe toda la aprobación; pero para pedir un espacio o pedir ayuda, se siente muy incómoda, y al resto de las personas se les hace muy difícil entender que realmente necesita algo.
Si realmente alguien quiere beneficiar a quien le tiene afecto, tiene que generar espacio para sí mismas, de forma amorosa pero firme. Por ejemplo, una de las formas puede ser tomarse un retiro, y a la vuelta notar que en su ausencia pudieron resolver las cosas. Y darse cuenta que esto no es abandono, es una manera inteligente de cuidar.
¿Y para qué cuidarnos? Internamente hay que tener bien en claro que para poder apoyar a otros, hay que verse y establecer un autocuidado. La perspectiva es que no somos rescatistas de otros, cada uno debe hacerlo consigo mismo.
¿Cómo desapegarse amorosamente?”
“Yo no te abandono, tu felicidad y la mía están vinculadas. Mi trabajo se habrá acabado cuando seas feliz, pero la/él que tiene que crear las causas de la felicidad sos vos. Y reconozco que estando aquí, intentando controlar todo, no nos está haciendo bien. Y no es rechazo, sino que lo hago porque ambos reconocemos que esto no nos está haciendo bien”
¿Cómo detectar las maneras en que nuestro amor se va impregnando de apego?
Cuando mirás a la persona y el corazón se abre, experimentando nuestra bondad, eso es sentir amor. Nos sentimos enteros, plenos, cálidos, felices.
Pero cuando sentimos que necesitamos a esa persona, eso viene del afuera. Y esa idea equivocada de que otro “me “hace sentir feliz. Yo quiero que ella/él esté ahí. Y para eso tengo que complacerla, cuidarla, y le doy lo que quiere para que se quede conmigo… y eso es apego.
Esto es un tipo de contrato transaccional, y se convierte en algo totalmente condicional, donde la otra persona es casi un objeto que nos da lo que queremos: abrazos, seguridad financiera, un lugar social, un rol, nos dan muchas cosas, y entre todas ellas, la identidad de ser “alguien”.
¿Y quiénes vamos a ser? Nos vamos a convertir en lo que el otro necesite para que se quede conmigo, y esto es un camino muy alejado del amor, con una idea equivocada de que sólo estamos recibiendo cuando damos.
¿En dónde estamos parados?
¿Estamos en tierra estable que es nuestra bondad, o en una relación donde uno necesita y recibe?
¿Qué tanto hay de reciprocidad en una relación?
Una condición del amor es estar presentes.
Otro paso es darnos permiso de darnos cuenta de nuestras propias necesidades.
Un área esencial en ésta labor, es la de sentir cariños por nosotros mismos.
Creernos merecedores de cuidado y creer que nuestro bien es también por el bien de otros.
Darnos permiso de cuidarnos y de estar bien es una ofrenda y es una manera sana de cuidar a quienes amamos.
Y darte permiso de necesitar con el fin de convertirte en una persona con más para ofrecer a las personas que estás cuidando.